La fisioterapia y la osteopatía son dos profesiones que, por desgracia, están muy afectadas por el intrusismo.
La fisioterapia, como bien sabemos, es una titulación universitaria reconocida en España. En cambio la osteopatía, en nuestro país, está considerada como una terapia alternativa, y donde “convivimos” todos aquellos que tengamos alguna formación en osteopatía. Ésta puede ir desde un curso de 3 fines de semana, a unos estudios durante 4 años (o más según la escuela), después de haber cursado previamente una carrera universitaria sanitaria. La mayoría de nosotros somos fisioterapeutas.
Esto implica un gran esfuerzo y dedicación, y por consiguiente la adquisición de conocimientos que posteriormente son aplicados en los tratamientos a nuestros pacientes buscando la mejor solución a su problemática.
En cambio, muchos de estos autodenominados “profesionales” que tienen una formación escasa en osteopatía, pero que se hacen llamar terapeutas, utilizan técnicas en osteopatía y aparatos propios de la fisioterapia sin tener dichas titulaciones, muchas veces sin llegar a dominarlas y pudiendo causar incluso más daños que beneficios a los pacientes que, por desconocimiento, puedan llegar hasta sus consultas.
Son muchas las horas de formación para ambos estudios, por eso es importante que evitemos buscar profesionales que no cumplan con esta formación mínima, y siempre que necesitemos un profesional, lo hagamos buscándolo en el Colegio de Fisioterapeutas de nuestra provincia (www.fisioterapeutes.com) o en el ROE: Registro de Osteópatas de España (www.osteopatas.org).
Como último, y no menos importante, debemos tener en cuenta que un buen profesional de la osteopatía y la fisioterapia dispondrá de un seguro de responsabilidad civil, que en caso de necesidad, responderá ante el paciente.
Pongamos nuestra salud en buenas manos!